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Con este post se pretende poner énfasis en el impacto negativo que sobre la sociedad de Corea del Sur ha tenido el hecho de mantener unas pautas de crecimiento económico sostenido durante los últimos 20 años. Corea del Sur es un país que ha apostado por el fuerte crecimiento económico basándose en un modelo de educación extremadamente competitivo y en la apuesta por el desarrollo tecnológico acelerado en base a una fuerte inversión en I+D. Ejemplos del éxito empresarial surcoreano los encontramos entre algunas de sus marcas insignias con carácter multinacional: Samsung, LG, Hyundai Kia o Daewoo.

Uno de los hitos conseguidos gracias al rápido crecimiento vivido por Corea del Sur durante estos últimos 20 años ha quedado patente con la reducción de la brecha existente entre la renta per cápita nacional y la de países como Estados Unidos. En concreto la diferencia entre ambas rentas se situó tan sólo en el 36% para el año 2010, cuando en el año 1991 esta diferencia rondaba el 62%.

Sin embargo, este crecimiento económico ha venido acompañado por un aumento de la desigualdad en la distribución de la riqueza del país, una desigualdad que ha crecido año tras año, llegando a alcanzar en el año 2009 la media de la OCDE. La pobreza relativa del país, es decir el porcentaje de la población que vive con menos de la mitad del salario medio creció en un 15% en el año 2008, ocupando la séptima posición entre los países OCDE.

Para analizar el bienestar nacional y las oportunidades de vida de su población nos hacemos eco del valor que obtiene el índice de desarrollo humano (IDH) del país. Este indicador, se calcula en base a tres dimensiones básicas del desarrollo humano: salud, educación e ingresos. En el caso de Corea del Sur, nos encontramos con que entre 1980 y 2012, el IDH creció en un 1.6% anual, pasando del  0.640 registrado en 1980 hasta el 0.909 registrado en 2012, lo que la sitúa en la posición nº12 de entre los 187 países para los que se disponen datos comparables. El IDH de la OCDE como región pasó en el mismo periodo del 0.756 al 0.888, lo que sitúa a Corea del Sur por encima de esa media regional.

Y sin embargo, encabezan los suicidios a nivel global

Los ratios mencionados, esconden una de las grandes problemáticas sociales a las que Corea del Sur ha de hacer frente en la actualidad, el incremento muy significativo del número de suicidios entre su población. Este aumento se ha producido de forma más pronunciada, precisamente entre aquellos países que han alcanzado muy rápidamente un alto valor del IDH (China, Hong Kong, Japón y Corea del Sur) cuando lo comparamos con aquellos que han tenido un aumento más gradual del mismo índice (Australia, Nueva Zelanda o Singapur). Desde el año 2010, Corea del Sur es el país de la OCDE con mayor número de suicidios.

La tasa de suicidio en Corea del Sur, del año 1997, indicaba que tan solo 13.1 de cada 100 mil coreanos se suicidaba. Desde entonces y en forma paralela a la evolución del crecimiento económico del país, la cifra no ha dejado de aumentar. En el año 2010 se suicidaron más de 42 personas al día, lo que en términos anuales, representaba más de 15.000 personas al año. En la actualidad, Corea del Sur es el país con mayor tasa de suicidio de entre el grupo de países OCDE, alcanzando en 2010 la no desdeñable cifra de 33.5 suicidios por cada 100.000 mil personas, un 155% de crecimiento desde 1997.

En base a los datos de la Asociación Coreana de Prevención del Suicidio, en el año  1997 el suicidio ocupaba la décima posición entre las causas principales de muerte en el país, ascendiendo a la séptima posición en el año 1998 y convirtiéndose en la tercera causa en el año 2010. Según estos datos, en Corea del Sur muere más gente de suicidios que de diabetes, neumonía, accidentes de tráfico o hipertensión. En la misma línea, los últimos informes publicados en Marzo del 2013 por el Institute for Health Metrics & Evaluation (IHME), la fuente de información más actualizada y fiable para comparar la salud a nivel global, en el caso de Corea del Sur, se indica que los suicidios son la segunda fuente de años de vida perdidos (YPPL) tan sólo por detrás de las enfermedades cerebrovasculares. (En España, sin embargo los años de vida perdidos por suicidio, ocupan la posición #13, mientras en el Reino Unido son los #8 o en Finlandia/Suecia ocupan el #4  -estos úlitmos son por cierto, otros dos países con una alta proporción de universitarios).

¿Y qué hacen las instituciones para atacar el problema?

Han sido numerosas las iniciativas llevadas a cabo desde instancias gubernamentales y organizaciones sin ánimo de lucro del país con el objetivo de luchar contra el suicido. Entre ellas, destacan:

– La eliminación de espacios en las estaciones de transporte subterráneo que permitieran  lanzarse contra los vagones en movimiento, una vía de suicidio particularmente común en el país. Desde el año 2004, el gobierno comenzó a instalar plataformas dotadas con puertas de protección en las principales estaciones del subterráneo. Ejemplo de ello lo podemos visionar en este video de Seúl.

– La difusión de programas educacionales sobre el suicidio y la depresión tanto en Internet como en televisión o incluso en el propio subterráneo.

– La institucionalización del día de detección de la depresión así como del día mundial de prevención del suicidio (10 de Septiembre).

– La recomendación  de soluciones centradas en los cambios comportamentales individuales, tales como la participación social, la práctica de deporte o la vía terapéutica como vías de prevención de la depresión, tal y como sugiere la siguiente noticia:

En este sentido, podemos darnos cuenta de que, los planteamientos actuales para enfocar este tipo de problemáticas sociales van en la línea de lo que en términos técnicos se denomina prevención terciaria, en definitiva propuestas de soluciones individuales a lo que entendido el contexto socioeconómico, parecen problemas estructurales ¿seguro que esta es la mejor forma de prevenir? ¿no es posible desarrollar políticas sociales más estructurales?

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